¡Por fin llega Halloween! Una
de las fiestas más esperadas, populares y divertidas de todo el año. Nos
disfrazamos, disfrazamos a nuestros pequeños y a nuestras mascotas; decoramos
nuestras casas, nuestros comercios y nuestras calles con calabazas, calaveras,
murciélagos, fantasmas, telarañas y luces de colores para la ocasión; compramos
dulces, hacemos galletas, etc.
Disfrazarse,
maquillarse y salir a divertirse, como no podía ser de otra forma, ha
incrementado el catálogo y venta de disfraces y complementos de todo tipo para
esas fechas. Lamentablemente no todos los productos cumplen con la normativa de
seguridad y los requisitos de etiquetado, por lo pueden convertirse en un riesgo para la
salud de los consumidores, especialmente para los menores.
Según la página de Red Alerta española del Ministerio
de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, estos son los principales riesgos que
pueden provocar algunos productos de venta en Halloween:
Disfraces, pelucas, máscaras, caretas, barbas y bigotes y otros
complementos, al ser fácilmente inflamables.
Disfraces para menores por llevar cordones a la altura del cuello
y poder provocar ahogamiento o su presencia en cintura o brazos, de longitud
superior a la permitida, y causar lesiones. Algunos disfraces también
pueden contener piezas pequeñas que se desprenden con facilidad y pueden
provocar asfixia.
Máscaras, infantiles y de adultos, por el riesgo de asfixia
debido a la insuficiente ventilación para respirar; riesgo por lesiones
derivadas de quemaduras
por combustión de los materiales con los que han sido
fabricadas o por intoxicación,
debido a la presencia de componentes tóxicos.
Juguetes (pistolas, espadas, arcos…) al desprenderse piezas
pequeñas que pueden provocar asfixia.
Algunos de los juguetes citados son incluidos en la Red de Alerta por riesgo de
lesiones a causa de la fuerza del disparo. En ocasiones, el peligro se
encuentra en el propio envoltorio (bolsa) de plástico que contiene el producto,
ya que podría provocar asfixia al
ser manipulado por los menores.
Complementos como diademas luminosas, por el riesgo de
atragantamiento al ser las pilas fácilmente accesibles o por riesgo
de causar lesiones,
debido a la toxicidad de
las mismas.
Maquillaje que puede contener componentes o ingredientes que
causen alergias o
reacciones adversas.
Cuando se detecta la inseguridad de algunos productos y se comprueba
que no cumplen la normativa exigible en materia de seguridad, las autoridades
pueden ordenar su retirada del mercado o adoptar medidas para impedir su
comercialización. Pese a ello, podría ser que algunos de esos productos sigan a
la venta en algún establecimiento y/o comercializándose por internet. No hay
que bajar la guardia. En caso de detectar la presencia en el mercado de un
producto inseguro, se debe poner en conocimiento de la Dirección General de Consumo
de la comunidad autónoma de residencia. La colaboración de los consumidores siempre es
importante.
¿Qué
precauciones debemos tomar?
Disfraces: los destinados a menores de 14 años se consideran juguetes,
por lo que el etiquetado debe incluir, entre otros requisitos: nombre y marca
del producto; datos de identificación del fabricante, importador o
distribuidor; instrucciones y advertencias de uso y el marcado CE.
Recordemos que, sean para
adultos o para niños, la
información del etiquetado debe estar, al menos, en castellano.
Es una obligación legal inexcusable. Los disfraces de adultos deben
disponer del mismo etiquetado que el de la ropa de uso común e incorporar
información en materia de seguridad cuando exista riesgo.
Máscaras y pelucas: además de incluir un etiquetado completo y en castellano, es
importante comprobar que las máscaras tengan orificios adecuados para poder
respirar. Los artículos que sean inflamables deberán llevar una advertencia en
ese sentido.
Maquillaje y lentillas: en el caso del maquillaje, para evitar
posibles alergias o reacciones adversas, debemos comprobar que aparezcan en el
etiquetado los componentes o ingredientes y las instrucciones de uso. Han de
extremarse las precauciones de compra al ser productos que están en contacto
con la piel, por lo que deben adquirirse solo en establecimientos o webs de
confianza. No merece la pena arriesgar salud por precio.
Es recomendable adquirir las
lentillas decorativas (sin finalidad correctiva) bajo la supervisión de un profesional cualificado
y verificar que incluyan un etiquetado completo con instrucciones de uso. En
caso de que se adquieran productos inseguros el riesgo de que produzca daños es
muy alto.
Complementos: extremar las precauciones en los complementos para
menores,
asegurándonos de que no contengan partes punzantes ni piezas pequeñas que
puedan desprenderse con facilidad y ser ingeridas (ventosas en dardos, flechas
o pilas de botón).
Comparar precios y adquirir los productos en establecimientos y
canales de confianza. Se debe conservar el tique de compra, al ser necesario
para cualquier reclamación.
Leer todas las advertencias e instrucciones de uso. Observar las
recomendaciones de edad en los productos dirigidos a menores. También las
advertencias del fabricante o responsable del producto relacionadas con la
seguridad.
Si se detecta un disfraz, complemento, maquillaje o juguete
inseguro, lo apropiado es comunicarlo
a las autoridades de consumo de la zona de residencia y a
las asociaciones de consumidores.
No deben comprarse nunca falsificaciones. El etiquetado de una
falsificación será, casi con total seguridad, tan falso como el propio
producto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario