La chulería del presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, es una ofensa a todos los consumidores que pagan la tarifa PVPC del mercado regulado en sus facturas de luz. El personaje, que debe ser muy listo a tenor de los beneficios que se reparten entre el pool de compañías de energía, se ha puesto cachondo en un intervención televisada y, sentado en un taburete rotatorio, ha soltado estas palabras: «Solamente los tontos que pagan la tarifa regulada por el Gobierno pagan esos precios», y todo ello acompañado de un lenguaje corporal excesivo tratando de explicar lo imbéciles que somos el resto de los españoles que no estamos al loro de lo que se llevan entre manos ese pool de amiguetes (asociación de personas o entidades con un fin común) que controlan las tres grandes eléctricas del país y han aumentado los beneficios en un 47%. Eso, mientras a usted y a mí, querido lector/a nos llega la última factura de la luz con un importe de 114,95 euros cuando estamos apagando los interruptores y andando a oscuras por el pasillo, haciendo un planning en las baldosas de la cocina para saber cuándo poner la lavadora, lavavajillas, microondas en valle o llano; ya que en punta solo se nos ponen los pelos.
Y así, con total desparpajo, nos da una master class repitiendo que solo los tontos que siguen con la tarifa regulada pagan ese precio, porque el 80% de los españoles pagan el precio del pool (¡Y dale con el pool!), que está al mismo precio que en 2018, porque han bajado los impuestos, explica. Y yo me pregunto por qué este hombre pierde los papeles solo por fastidiar al Gobierno o vete tú a saber. Porque una se siente impotente ante las escalofriantes subidas en las facturas del gas (¡una de 781,90! que trato de recurrir sin esperanza) y de la luz que nos llegan y nos dejan las nóminas y las pensiones vaciadas.
El pobre consumidor después de sentirse tonto busca las facturas, las analiza, trata de comprender esa jerga endiablada solo apta para comerciales adoctrinados que hablan seguido y no se les entiende nada. Los más avispados se meten en los comparadores, para saber la mejor opción y cambiarse. Ahí llega la desesperación y el colapso intelectual. Mejor salir a la calle y dar un paseo. La ministra Yolanda Diaz ya ha pedido al de Iberdrola que se disculpe y pida perdón a los consumidores más débiles que debemos ser los de PVPC, y que es una vergüenza tratarnos así.
Además, Iberdrola aplica sin compasión el 21% del IVA en sus facturas de gas. El precio del consumo energético es un verdadero escándalo, una incertidumbre más en esta zozobra de vida. Al final, los que se van de rositas y no tienen problemas en afrontar gastos básicos son personajes impresentables como el alcalde Almeida (por mirar siempre para otro lado) y los comisionistas sin escrúpulos: Luceño y Medina. Millonarios en dos llamadas mientras miles de personas morían en plena pandemia. No tienen perdón. Y a ellos las facturas se la sudan. Yo mañana mismo me cambio de compañía.
M.B.
Periódico de Aragón.
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